Tanto si hemos llegado a un techo en el trabajo como si tenemos en mente una idea empresarial, hacer un MBA puede despejarnos muchas incógnitas.
La mayoría de la gente cuando entra en una empresa, suele ocupar un puesto profesional muy específico desarrollando bien lo que ya sabe hacer. Pero es muy común que con el paso del tiempo, si la persona es buena y apreciada por el colectivo, tenga la oportunidad de ascender. El problema es que al ascender puede que ocurra un efecto de incompetencia absoluta: se requieren nuevas habilidades que no se poseen, como por ejemplo, la gestión de equipos, liderazgo o la competencia financiera.
Por otro lado, tenemos a muchas personas que llevan varios años trabajando en diferentes sectores, pero les gustaría acceder a nuevos puestos de mayor responsabilidad. Sea porque su empresa no se lo ofrece, o porque simplemente no poseen las habilidades que pide el mercado, siguen estancados en el mismo rango profesional durante años.
Dos ventajas destacables de estudiar un MBA
Es aquí donde entra en juego, una formación muy especializada, como es el conocido MBA, el cual habilita a cualquier persona con cierta experiencia, por poca que sea, para desempeñar un puesto de mayor responsabilidad.
1. Ascenso laboral
Tanto para aquellos que ya hayan ascendido, o que podrían ser candidatos perfectos para un ascenso laboral, estudiar un MBA es una oportunidad de oro. En este tipo de formaciones de nivel máster, se profundiza en todos los elementos importantes que debe conocer un buen gestor de negocio o de departamento. Aquí incluimos el apartado de finanzas, de marketing, de gestión de costes, de operaciones, de estrategia y de recursos humanos (entre otros tantos aún más específicos).
Cuando ascendemos, de pronto surgen nuevas responsabilidades, como tener que manejar un pequeño equipo de trabajo, tener que rendir cuentas económico-financieras a un superior, tener que plantear objetivos y mejorar el sistema de trabajo en el que nos encontramos, dentro de lo posible, siempre con la mejora constante en mente. Y el MBA es la formación que provee de estas herramientas.
2. Nuevas salidas profesionales
Por otro lado existen varias salidas profesionales de un MBA que es posible que desconozcamos. La más popular es la de consultoría y, en los últimos años, la inteligencia de negocios orientada al procesamiento, análisis de información y toma de decisiones innovadoras. Cuando hacemos un MBA aprendemos a tocar muchas áreas de la empresa. Por tanto, adquirimos la habilidad de ver una empresa y evaluar varios aspectos de mejora para hacer progresar la misma. De hecho, generalmente en toda formación MBA esto es algo que se trabaja regularmente durante el curso con casos prácticos y numerosos ejemplos.
Al terminar una formación de este tipo, muchas empresas en el sector de la consultoría ponen las vistas en los nuevos graduados MBA para introducirlos en sus filas. Con lo cual, si no teníamos claro cuáles eran las ventajas aparte de las típicas (ascensos, montar una empresa, etc…) estas salidas profesionales pueden ser una nueva oportunidad para replantearnos estudiar una formación de este tipo y contar con una ventaja competitiva frente a otras personas.