A menudo, la labor de los detectives privados es conocida únicamente por su implicación en el ámbito familiar o personal. Pero lo cierto es que también son muchas las empresas que contratan los servicios de detectives privados.
Los detectives privados para empresas realizan de forma confidencial investigaciones profesionales, ya sea a nivel interno o externo, ante actividades sospechosas, posibles fraudes o supuestos de presunta competencia desleal. Preservando de esta forma, tanto los beneficios económicos como la imagen de la compañía.
Áreas de trabajo de un detective privado
Las actuaciones de los detectives privados en el área familiar y personal suelen centrarse en casos de infidelidad, separación, divorcio o custodia de menores, entre otros. Pero más allá de estos ámbitos, cada vez son más las empresas que en el área mercantil solicitan este tipo de servicios de investigación. Esto ante presuntos delitos económicos, posible competencia desleal o absentismo laboral; así como para casos de investigación pre-laboral o contraespionaje industrial.
A su vez, los detectives privados para empresas cobran especial relevancia en el sector asegurador. Pues, las mutuas y compañías de seguros contratan los servicios de estos profesionales, acreditados por el Ministerio del Interior, para verificación y reconstrucción de siniestros, seguimiento de lesionados, comprobación de secuelas, daños y lucro cesante. Al igual que para casos de incapacidad laboral, desaparición de mercaderías o responsabilidad profesional.
Razones por las que contratar a un detective privado para empresas
La investigación profesional de un detective privado puede llevarse a cabo en el ámbito empresarial o mercantil por muy diversos motivos. Siempre y cuando la empresa contratante del servicio de investigación posea un interés legítimo respecto del asunto en cuestión.
Así pues, las empresas que solicitan las actuaciones de un detective privado especializado lo hacen con los objetivos de mantener el orden y el funcionamiento interno de la empresa. También para evitar fraudes de todo tipo y de preservar la imagen y las ganancias de la compañía.
Los casos ante los que las diferentes empresas contratan a un detective privado son muy variados. Pero, normalmente, oscilan entre presuntos delitos económicos y posibles supuestos de competencia desleal. Especialmente, se contratan estos servicios de investigación cuando se pretende indagar sobre si internamente se están desarrollando actividades sospechosas y, posiblemente, ilícitas. Las cuales pudieran afectar negativamente a la empresa y a su capital. O, incluso, delatar prácticas poco éticas a nivel empresarial, que podría estar realizando la competencia dentro del sector.
Por otra parte, los servicios de detectives privados son muy demandados por las empresas con el fin de revelar y probar casos de absentismo laboral o de bajas fraudulentas por parte de trabajadores. Igualmente, se llevan a cabo investigaciones especializadas en el marco pre-laboral para comprobar que los nuevos trabajadores cumplen con los requisitos del puesto y que la cualificación que los aplicantes afirman poseer es efectivamente cierta.
Tampoco puede pasarse por alto que las investigaciones de un buen detective privado son muy útiles en la esfera del contraespionaje industrial. En estos casos, el objetivo es detectar y frenar las dañinas fugas de información. Sobre todo, cuando proceden de los propios empleados de la compañía o cuando la empresa no cuenta con un servicio seguro de protección de datos y transmisión de mensajes que le permitan evitarlas.
En definitiva, los detectives privados para empresas ofrecen un servicio de investigación confidencial, técnico, minucioso y eficaz a compañías. Ellos, con un interés legítimo, buscan prevenir o hacer frente a actividades presuntamente perjudiciales e incluso ilícitas. Todo, con la finalidad de impedir que estas dañen la propia economía y estabilidad de la empresa