Con la llegada de la pandemia por Covid-19 nos dimos cuenta que laborar y vivir en el mismo lugar, puede llegar a tener más efectos nocivos de lo que nos imaginábamos. Y no es capricho o desorganización, lo cierto es que los seres humanos estamos acostumbrados a habitar muchos espacios a la vez: oficinas, bibliotecas, parques, casas, pisos y también trasportes urbanos; y más de una vez se ha dicho que esto es sano. Movernos de un lugar a otro permite que nuestra mente (muchas veces estresada y agobiada) tome un respiro, se oxigene y continúe con su frenética rutina. Pero… ¿Qué hacemos cuando esto no pasa? ¡Es hora de encontrar el equilibrio entre el trabajo y tu vida personal! ¿Cómo? Tan solo continúa leyendo. 😉
Cómo definir espacios de trabajo y vida
Nosotros no pretendemos cambiar tu hogar y sabemos que tú tampoco. únicamente te plantearemos opciones para transformar tu casa o piso en la oficina que siempre has querido. Desde instalar un Stiltz Lifts hasta conseguir una lámpara de techo; recuerda esto: todo está en los detalles. Así que, toma nota a nuestras recomendaciones y te aseguramos que tu espacio laboral cambiará del cielo a la tierra.
1. No es tu antigua oficina
Vamos a partir de un hecho: la oficina en tu hogar no tiene que parecerse a la oficina de tu trabajo. Tan solo basta con tener un buen escritorio, una silla ergonómica, una lámpara (de piso, mesa o techo) y por supuesto una grandiosa entrada de luz natural. Eso es todo, estos elementos te ayudarán a crear un espacio ideal. Ayúdate de imágenes para tener una inspiración visual y procura tener en mente un estilo definido: industrial, minimalista, rústico, vintage, etc. El que tú quieras, pero que lo tengas claro.
Arquitectónicamente, puedes encontrar un espacio flexible; es decir, que sirva como comedor y luego como escritorio de trabajo por ejemplo, no hay ningún problema en ello. Eso sí, no puede ser ambas cosas al mismo tiempo, porque esto hará que tu dinámica laboral se mezcle innecesariamente con tu rutina doméstica. Como bien dice el dicho: «juntos pero no revueltos».
2. Establece horarios concretos
Independientemente del trabajo que tengas, procura mantener tus horarios establecidos. Te animamos a crear un horario, sí, así como el de cualquier escuela; la diferencia que va a tener este horario es que cada par de horas vas a programarte una meta. Pequeños objetivos que te lleven a alcanzar un gran logro. Cuando se trabaja con proyectos, sin importar el tipo, la mejor manera de llevarlos a cabo es haciendo paso a paso, luego de un tiempo y esfuerzo, te darás cuenta que habrás terminado una maratón.
Si lo tuyo no son los horarios porque simplemente te es imposible seguirlos, podrías comenzar a determinar cuántas horas de trabajo quieres invertir al día, si son 8 o 6 procura ponerte una hora de inicio y una de final; fíjate que en ese tiempo haya 3 horas restantes, con ello tendrás la oportunidad de ser más flexible con tu tiempo laboral sin que este te robe más tiempo del necesario.
3. Esconde o disimula tu oficina
Si eres de esos a los que le genera algo de molestia ver papeles y documentos de tu trabajo en horas no laborales, hay una estrategia sencilla para acabar con eso: esconde tu lugar de trabajo. Seguro te preguntarás cómo hacerlo, y lo cierto es que es algo muy sencillo, se trata solamente de disimularlo.
Por ejemplo, si tu escritorio no está empotrado en un armario que con tan solo cerrar las puertas desaparece, no te preocupes, ponerle encima una manta linda, algunas flores y unos libros, harán que ese escritorio frío y sombrío se transforme en un lugar completamente diferente. La palabra clave es «transformar», alterar la realidad de un objeto con cambios muy pequeños en él. Aunque no lo creas, a veces las soluciones simples son las mejores y las más prácticas. Ya verás que cuando vuelvas a armar tu oficina, la saludarás con gusto por regresar.
No esperamos que sigas estas recomendaciones al pie de la letra, pero sí que trates de interiorizarlas y captar la esencia de cada una de ellas. Un espacio es tan versátil como tu imaginación se lo permita, por eso procura pensar cómo te sientes más cómodo, en dónde y con qué; así tendrás una base para planear un diseño interior sin gastar demasiado dinero. Los espacios de vida y trabajo no son enemigos, tan solo necesitan llegar a acuerdos, procura ser tú el que pone los límites para lograr la añorada conciliación.