La gerencia moderna ha atravesado un sinfín de cambios, con el objetivo de diseñar métodos más efectivos para el manejo de las empresas y organizaciones. Atrás han ido quedando los modelos rígidos y en extremo jerárquicos, en los que hay poco espacio para la construcción de perfiles profesionales desarrollados. En este sentido, el coaching ha sido una de las grandes ganancias de la modernidad. Y es que entre las habilidades de un buen coach se destaca el hecho de impulsar el desarrollo de las personas, desde una óptica integral.
Ello no solo implica que mejoren los asuntos relativos al trabajo en sí, sino una evolución integral de las personas y, por lo tanto, de la cultura y el clima organizacional. El coaching lleva a las empresas un enfoque mucho más humanista, en el que las prioridades están puestas en el impulso a las habilidades naturales de cada perfil. Acompáñanos a conocer más sobre esta disciplina y su impacto en las empresas del presente y del mañana.
¿Qué es el coaching?
Cuando hablamos de coaching nos referimos a una metodología de cambio y de transformación, que viene usándose en diferentes ámbitos a escala mundial. Se trata, en términos simples, de un entrenamiento en habilidades de comunicación y de liderazgo, que fomentan el autoconocimiento y el contacto de la persona con su entorno.
Se emplea el lenguaje como punto de partida, como medio y como vía para el desarrollo personal. La esencia del coaching es vivir un proceso, acompañado de un coach. En esa dinámica vas profundizando en los aspectos de tu vida que quieres transformar o evolucionar. Las preguntas que hace el profesional que te acompaña son la clave para los hallazgos a los que llegarás.
Se trata en definitiva de una herramienta muy potente, en la que las personas se permiten navegar en sus propios esquemas mentales, tomando lo que les es funcional y mejorándolo. Y también dejando de lado aquello que no les es útil. Ahora bien, su aplicación en el ámbito empresarial ha venido creciendo a pasos agigantados, puesto que sus resultados son fenomenales. Conozcamos más al respecto.
El coaching en las organizaciones, ¿Cómo entenderlo?
Si nos vamos a la definición más primitiva de la palabra, el coaching es un entrenamiento. El término proviene del ámbito deportivo, y se ha extendido como una práctica que da grandes resultados. El objetivo de este proceso de entrenamiento es bastante práctico: el logro de objetivos puntuales.
En este sentido, en coaching empresarial apunta al logro de los objetivos y las metas que tenga la empresa para su crecimiento. Pero, como bien sabemos, el factor humano es la principal tracción para todo ello. Entonces, no puede hablarse de coaching empresarial sin hablar también de coaching humano, personal y profesional.
En líneas generales, el coaching empresarial trabaja con objetivos de corto y de mediano plazo. Se enfoca en conseguir metas específicas, logradas con un máximo rendimiento y compromiso. Ello implica prestar toda la atención al componente humano, a las características de cada perfil.
Si potenciamos a las personas en su psicología y en sus habilidades, si trabajamos con su motivación, expectativas de crecimiento y compromiso, los resultados corporativos y también a escala individual, serán notablemente mejores. Veamos algunas de las razones puntuales que nos convencerán de la importancia del coaching en las empresas.
¿Por qué es importante el coaching en las organizaciones?
Consigue la alineación de objetivos
Un punto clave en la importancia del coaching organizacional, es que hace confluir los esfuerzos colectivos en una misma dirección. Permite la comunicación de una meta clara, y transmite al equipo de trabajo la importancia de ir todos tras ella, siguiendo una misma línea de acción.
Da protagonismo a las personas
Parte de las premisas básicas de la gerencia moderna es el movimiento del protagonismo, que ya no está en las estructuras rígidas sino en las personas que las mantienen vivas, dinámicas y en movimiento. El coaching establece y comunica con claridad, que todos los objetivos de la empresa solo podrán ser alcanzados gracias a las habilidades, los esfuerzos y los aportes de cada miembro del equipo de trabajo.
Busca el compromiso
Y justamente de la mano con el punto anterior, cuando las personas se sienten importantes, priorizadas y satisfechas en sus expectativas, el compromiso es solo un paso que complementa el proceso. Un buen coach es capaz de impulsar en las personas la certeza de que son importantes, y que se comprometan con las labores que hacen a diario.
Localiza las capacidades y su desarrollo
Cuando tenemos un buen trabajo de coaching empresarial, el equipo en conjunto es capaz de encontrar las herramientas que les permitirán llegar a los objetivos establecidos. Se trata de un proceso en el que han de descubrir se y aprovecharse las capacidades de cada miembro del equipo, así como los recursos que se tengan a disposición.
En definitiva, el coaching es una herramienta vital para el desarrollo productivo de las empresas modernas y de las personas que las integran. Si estás en un proceso de aprendizaje y evolución, para llevar a tu empresa al siguiente nivel, te invitamos a que visites emprendedorgrowthmodel.com y aproveches la información valiosa que allí te comparten.