La regla de las 5 horas es una de esas herramientas que tienen todo lo que nos gusta: es sencilla, fácil de aplicar y ofrece resultados visibles casi desde el primer momento. Si no, que lo diga gente como Bill Gates o Elon Musk, que la aplican cotidianamente.
El investigador Thomas Corley hizo un estudio de cinco años para, entre otras cosas, determinar qué había en común entre 200 multimillonarios. Uno de los hábitos que todos comparten, sin excepción, es el de la lectura. Ellos saben que es la vía para darle soporte al diseño de nuevos horizontes.
¿Qué tiene que ver esto con la regla de las 5 horas? Precisamente este es un método para no olvidar que la lectura, en el sentido amplio del término, es una actividad infalible para evolucionar. ¿No tienes tiempo para leer?
Hasta Barack Obama reservaba unas horas para hacerlo diariamente. Veamos cómo y por qué vale la pena tomar ejemplo de estas grandes figuras, aplicando la regla de las 5 horas.
¿Qué es la regla de las 5 horas?
La regla de las 5 horas se basa en una fórmula muy sencilla: dedicar cinco horas de la semana a las prácticas deliberadas de aprendizaje. En otras palabras, destinar tiempo para seguir aprendiendo y avanzando en el área que te cautive, te interese o sientas que necesitas para evolucionar.
¿Cuál es el objetivo de la regla de las 5 horas? Pues bien, el propósito es que el camino de crecimiento nunca se detenga. Este método te ayuda a recordar que siempre hay algo por mejorar, siempre hay un nuevo camino por explorar y siempre puedes dar más de ti mismo. Pero si no le dedicas tiempo a eso, jamás vas a crecer.
Lo que hace la regla de las 5 horas es ofrecer un método sencillo para materializar ese propósito de evolucionar. Se trata de una disciplina simple y altamente productiva. No por nada muchos grandes hombres de la historia han empleado esta estrategia para avanzar hasta conseguir logros monumentales.
Regla de las 5 horas: una fórmula ganadora
La regla de las 5 horas fue acuñada por Michael Simmons, fundador de Empact. Sin embargo, el verdadero creador de este método fue Benjamín Franklin, que fue inventor, escritor, científico y uno de los políticos más influyentes en la historia de Estados Unidos.
Simmons rastreó la clave del éxito de Franklin y se encontró con un hábito que este ilustre americano practicaba sin falta: dedicar una hora al día al aprendizaje deliberado. Después investigó y se dio cuenta de que grandes hombres de negocios como Bill Gates, Elon Musk o Warren Buffett, tienen costumbres análogas.
Este método se considera una estrategia de éxito, tanto en el plano profesional, como en el plano personal. Lo mejor que tiene es que rompe con los automatismos y fomenta la creatividad. También hace sentir más felices y realizadas a las personas. Simmons asegura que la aplicación de la regla «terminará marcando la diferencia entre aquellos que consigan salir adelante y los que no».
De la teoría a la práctica
De seguro, muchas personas piensan que no tienen cinco horas libres en su agenda para dedicárselas a un aprendizaje libre o incierto. No es buena idea adoptar esa perspectiva que, además, es engañosa. Bill Gates no solo le dedica cinco horas a esas actividades, sino el 80% de su tiempo. Precisamente por eso es Bill Gates y no un anónimo. Genios como él saben dónde están las prioridades.
Michael Simmons piensa que la regla de las 5 horas puede ser aplicada por cualquier persona, sin importar qué tantos compromisos tenga. De hecho, el tema no tiene tanto que ver con poder, sino con querer hacerlo. Es claro que todos pasamos más de una hora al día realizando actividades mucho menos relevantes.
Esta fórmula no es para privilegiados, sino para quienes quieran ir más allá. Ideal para quienes saben que lo están haciendo bien, pero quieren hacerlo mejor. Esa hora diaria, además, suele ser una excelente fuente de ideas y un gran motivador emocional. ¿Qué se debe tener en cuenta? ¿Cómo llevarla a la práctica? Es lo que veremos enseguida.
Las claves de la regla de las 5 horas
En la regla de las 5 horas, tal y como la concibió Benjamín Franklin, hay tres actividades clave: leer, reflexionar y experimentar. Esas acciones encierran los más valiosos aprendizajes que se pueden adquirir en la vida. Cada una encierra un elemento esencial para avanzar.
La lectura: esencia de la regla de las 5 horas
En una entrevista que le hizo el New York Times a Bill Gates, en 2016, el cofundador de Microsoft dijo: «La lectura sigue siendo la principal manera en la que aprendo cosas nuevas y pongo a prueba mi conocimiento».
La mayoría de los grandes millonarios (no herederos, sino emprendedores) son excelentes lectores. La lectura es una actividad cognitiva superior que involucra y desarrolla muchas capacidades simultáneamente. Al leer no solo te informas, sino que incrementas tu capacidad de abstracción, atención, concentración y razonamiento lógico.
En la regla de las 5 horas se invita a leer como una práctica deliberada. Esto quiere decir que tu lectura no tiene que estar orientada exclusivamente a tu área de trabajo. A veces la respuesta a un problema se encuentra en una novela de José Saramago y no en un manual paso a paso. La ciencia ha probado que leer vuelve más inteligente a una persona y, por supuesto, la lleva a estar mejor informada.
La reflexión: un ejercicio excepcional
La reflexión es una cualidad esencialmente humana y una de las funciones más elevadas del intelecto. Consiste en pensar sobre lo ya pensado. Es algo así como digerir la información, o los datos que brinda la experiencia, para decantar, depurar y asimilar nuevos contenidos.
Reflexionar también es cuestionar las ideas, formularte preguntas y poner en duda lo que sabes, o crees que sabes. Cuando se reflexiona, se vuelve a pasar una idea por el tamiz de la inteligencia para detectar lo que pudo pasar desapercibido a simple vista.
Con la reflexión se cruzan las barreras de la superficie y se llega al fondo. Es el ejercicio que ha hecho posibles los grandes inventos, los grandes avances y las grandes ideas. Por eso, está incluida como una de las claves en la regla de las 5 horas.
La experimentación: poner a prueba las ideas
La experimentación es el complemento perfecto para la lectura y la reflexión. Consiste en probar diversas formas de llevar a la práctica lo aprendido. Es a través del experimento que se alcanza la innovación, porque es en el terreno de los hechos donde las ideas prueban su validez.
Para experimentar adecuadamente, tienes que darte el permiso de probar cualquier idea por descabellada que parezca. También debes ser consciente de que se trata de un ejercicio de ensayo-error y que, por lo tanto, es probable que falles varias veces antes de dar con un acierto.
En la regla de las 5 horas no se hacen experimentos masivos, sino pequeñas pruebas que van dándole forma a una nueva idea. Vale ensayar a comprobar si determinada teoría es cierta, aplicándola en la familia, o en la pareja o con compañeros de trabajo. Esto arroja conclusiones que luego se van ampliando y puliendo.
La regla de las 5 horas y los secretos de los grandes
Benjamín Franklin no parecía ser alguien destinado a pasar a la historia. De hecho, se retiró de la escuela a los 10 años para trabajar con su padre como sus 14 hermanos, y durante su juventud fue uno más de tantos. Odiaba su trabajo y por eso se marchó del lado de su padre. El azar lo llevó a trabajar en una imprenta.
Casi por obligación, leía lo que pasaba por sus linotipos. Así, comenzó a descubrir el universo de la cultura y esto lo cambió para siempre. Se dio cuenta de que debía forjarse una disciplina para avanzar por sí solo, ya que no tenía nadie que lo apoyara.
Diseñó un conjunto de principios a los que fue fiel toda su vida:
- Levantarse temprano y comenzar el día leyendo y escribiendo.
- Fijarse metas y revisar todos los días qué tan cerca estaba de lograrlas.
- Crear un club de personas afines para cambiar el mundo.
- Convertir las ideas en experimentos.
- Reflexionar todos los días, en la mañana y en la tarde.
A medida que fue avanzando en sus propósitos, creó la regla de las 5 horas. Una hora diaria para el aprendizaje deliberado, dedicada a la lectura, la reflexión o la experimentación.
Grandes hombres y mujeres han aplicado esta regla con gran éxito. Algunas de las enseñanzas que han dejado al respecto son las siguientes.
No confundir trabajar con evolucionar
Trabajar mucho no significa avanzar. A veces el trabajo duro se convierte en un círculo vicioso en el que solo se mantiene lo que ya está ahí, pero en la práctica hay estancamiento. Hacer un alto para ampliar, repensar y probar abre nuevas puertas y ventanas, inspira y desbloquea.
La mejora es tan importante como la productividad
La productividad es fundamental para el éxito, pero los procesos de mejora tienen mayor alcance. Un emprendedor genuino no está conforme con alcanzar una productividad óptima, sino que se adelanta a lo que viene y dibuja nuevos horizontes. La regla de las 5 horas es una práctica ideal para anticiparte a lo que viene y subir un escalón más.
Lo urgente y lo importante
Que lo urgente no te lleve a descuidar lo importante. Lo urgente es producir en el día a día, pero lo importante es evolucionar de cara al futuro. En realidad, todo el mundo está en capacidad de destinar una hora del día a crecer. Y no solo porque esto respresenta progreso, sino también porque en verdad te lleva a experimentar la vida con mayor plenitud. Los griegos se dedicaban básicamente a pensar y así construyeron los cimientos de la sociedad que tenemos hasta hoy día.
Para tomar en cuenta…
¿Te animas a introducir la regla de las 5 horas en tu vida? Como siempre, lo más difícil es crear el hábito. Para lograrlo, te damos cinco consejos prácticos:
- Fija la hora: Un hábito es más fácil de adquirir cuando se lleva a cabo a la misma hora todos los días. Elige un momento que no se cruce con tus compromisos.
- Déjalo fluir: Es mejor comenzar de forma espontánea, dedicando una hora diaria a leer, reflexionar o experimentar con algo que te apasione. Después quizás podrías planificarlo de manera más precisa.
- Fíjate metas: Deben ser realistas, alcanzables y medibles. Tener metas y cumplirlas aumenta la motivación.
- Experimenta: No olvides hacer pruebas, por lo menos una vez a la semana. Es un espacio muy valioso que estimula la creatividad.
- Evalúa tu avance: Dedica unos minutos cada semana a sopesar la forma en que te enriquece lo que estás aprendiendo. Si ves que no es relevante, cambia de rumbo.
La regla de las 5 horas sí o sí le ayuda a crecer a cualquier persona. Más allá de ser un método eficaz para evolucionar profesionalmente, se trata de una consigna que te compromete a ser mejor.
¿Te animas ponerla en práctica?