La definición de emprendedor se relaciona directamente con la personalidad, la voluntad y la imagen que de sí misma tenga una persona. Se requiere de una energía motora, de una fuerza movilizadora que te impulse a ir adelante con un proyecto, una idea o una meta. Ahora bien, del impulso vital del inicio a la concreción de una empresa exitosa y sustentable… hay un camino largo para el que necesitamos preparación. Es aquí donde las 5 fuerzas de Porter pueden ayudarnos.
¿Qué son las 5 Fuerzas de Porter?
En un mundo interconectado, cuyas fronteras comerciales y empresariales son cada día más difusas, y los alcances globales nos ponen de cara a un entorno más amplio, pero también más complejo, resulta vital afinar la capacidad de observación, análisis y proyección.
En función de esto, profundizaremos en una teoría ampliamente difundida y empleada en las gestiones empresariales modernas, arrojando resultados positivos y una visión integral de negocio. Las 5 fuerzas de Porter son una herramienta creada por uno de los mejores economistas de todos los tiempos: Michael Porter.
Este norteamericano, profesor de la Universidad de Harvard, diseñó un modelo que tiene como objetivo fundamental, calcular y analizar el panorama de una empresa, su rentabilidad y su proyección futura. Lo ventajoso de la teoría es que su aplicación puede ser adaptada tanto a grandes corporaciones como a emprendimientos pequeños o medianos.
Podemos contextualizar las premisas que plantea en el funcionamiento de Coca Cola, pero también en el del nuevo restaurante abierto en la esquina de nuestra calle o el parque infantil del centro comercial.
Si deseamos aplicar el modelo de Porter debemos partir de la construcción de una visión estratégica de nuestro negocio, para lo cual resulta vital la definición de las variables esenciales: visión, misión y valores de la empresa. Una vez respondidos estos aspectos fundamentales, podremos crear una estrategia concreta que les responda, y persiga objetivos claros y alcanzables.
En su conjunto, las cinco fuerzas de Porter permiten un análisis integral de la empresa, y la generación de un modelo de gestión exitoso. Se mantiene como meta la maximización de recursos y la superación de la competencia. Detallemos a continuación cada una de las fuerzas:
¿Cuáles son las 5 Fuerzas de Porter?
1. El poder de negociación de los clientes
El cliente, cómo sabemos, es el motor que hace viable cualquier tipo de actividad emprendedora y comercial. Pero su poder de negociación va a depender de cuál es nuestro producto y sus características. Si vendemos por ejemplo arroz, tenemos un producto altamente competido, con muchos similares y sustitutos en el mercado, y un margen relativamente bajo de diferenciación, al menos en lo esencial.
En este caso, el poder de negociación está del lado del cliente. Es decir, el cliente puede decidir fácilmente si sustituye nuestro producto por el de un competidor o incluso si lo sustituye por otro tipo de producto diferente.
El panorama cambia si nuestro producto es exclusivo y difícil de imitar, como por ejemplo, los coches Ferrari. En este caso, el poder de negociación se inclina del lado de la empresa, que ofrece un producto particular, cuya valoración es alta. El cliente potencial tendrá poco margen de negociación en cuanto a precios u otros aspectos y si quiere un Ferrari, sólo podrá comprarlo a nosotros.
Un poco más delgada es esta ley cuando nos referimos a servicios. Si de esto se trata, la calidad, la diferenciación y el valor agregado que aportemos al servicio que estemos brindando, será lo que determine cómo es percibido por el cliente y por tanto cuánto está dispuesto a preferirlo y bajo qué criterios (calidad, precio, atención, etc.)
2. El poder de negociación de los proveedores o vendedores
Esta fuerza hace referencia a la cadena de pasos necesaria para el funcionamiento de cualquier actividad comercial. Tratamos entonces con aquellas personas o empresas a las que debemos comprar los productos o materias primas, que posteriormente, comercializamos. Funciona de manera similar a la fuerza anterior.
Si la materia prima o producto que necesitamos adquirir es ofertada de manera exclusiva o especializada por un proveedor, es en él donde permanece el poder de negociación. Si, en cambio, esa materia prima es ofertada por un amplio numero de proveedores, tendremos en nuestro poder mayores facultades de negociación, y posibilidad de escoger al proveedor según nuestra conveniencia. Cabe acá la evaluación de factores como el precio, los tiempos de entrega, la calidad, las líneas de crédito, entre otros.
Si decidimos abrir por ejemplo una fábrica de ropa tendremos que evaluar a los proveedores de textiles que funcionan en la región. Si tenemos muchas opciones, estará en nuestras manos el poder de negociar sobre los tipos de telas, costos, créditos, etc. Será válida y necesaria la comparación para la toma de mejores decisiones. Si, en cambio, en la plaza en que nos ubicamos hay sólo una o dos fábricas textiles cercanas, tendremos menor margen de negociación para sacar adelante nuestra producción en las condiciones que hayamos establecido.
3. La amenaza de nuevos competidores entrantes
En este aspecto se considera el riesgo comercial que representa la posibilidad de que nuevos competidores entren al mercado, ofreciendo productos o servicios iguales o parecidos a los nuestros.
Cuando la empresa se mueve en mercados muy abiertos, en los que es relativamente fácil que entren y salgan del juego comercial nuevos competidores, estaremos ante una situación de reto, en la que tendremos que fortalecer nuestra diferenciación. Habrá que solidificar en la mente del consumidor, por qué debe permanecer escogiendo nuestra marca, si por precio, calidad o conveniencia, esto de acuerdo a nuestra identidad.
También puede darse el escenario de que el rubro en que nos movemos tenga barreras de entrada altas que hagan difícil el ingreso de nuevos competidores. Es el caso, por ejemplo, de productos de alta gama cuyos costos tanto de fabricación como de venta son tan elevados que no permiten fácilmente el ingreso de competencia. Citemos de nuevo el caso de los coches: es muy complicado (grandes costes, licencias, permisos…) entrar en el mercado automovilístico, por lo que se considera que las barreras de entrada son muy altas. En cambio, en el caso de una panadería las barreras de entrada son bajas, resulta fácil que un competidor monte una panadería en tu misma calle ya que la inversión y los requisitos no son tan altos.
Los requerimientos de inversión de capital, las políticas gubernamentales, el acceso a los canales de distribución o las desventajas en cuanto a costos, son parte de las barreras de entrada con las que pueden enfrentarse las empresas cuando se plantean el objetivo de hacer competencia a otras.
4. El potencial ingreso de nuevos productos
Esta es una fuerza muy importante, que debemos tener presente al momento de diseñar la visión y misión de nuestra empresa, así como sus proyecciones futuras. Hace referencia al ingreso en el mercado de nuevos productos cuya utilidad sea similar o sustitutiva a la del nuestro. En este sentido, pueden influir factores como los cambios en hábitos de consumo, o la tecnología.
Un buen caso para ejemplificar este apartado lo encontramos en el boom de los ciber cafés, en la década de los 90. Estos establecimientos comerciales, donde se alquilaban computadoras para el acceso a internet por un tiempo determinado tuvieron breves años de un éxito que llegó en algunos países a ser explosivo. Sin embargo, al poco tiempo, el factor tecnológico empezó trasformar la concepción y el uso de internet. Primero llegaron a los hogares las computadoras, y luego fueron los smartphones.
El hecho es que esta nueva concepción del internet como servicio, terminó aniquilando al modelo de ciber café. En un mundo de avances digitales tan vertiginosos, es fundamental proyectar tecnológicamente nuestro negocio, y evaluar su viabilidad en plazos cortos, medianos y largos.
5. La rivalidad entre los competidores
Ésta vendría a ser la fuerza que reúne todas las premisas de las cuatro anteriores. Su consigna básica es que mientras mayor rivalidad exista entre los competidores, menor será la posibilidad de generar rentabilidad. El esfuerzo requerido en ganar y mantener cuotas cada vez mayores de mercado, obligará a las marcas a sacrificar elementos, como márgenes de ganancia, baja en los estándares de calidad, en los volúmenes, aumentar los tiempos de créditos, etc. Lo fundamental será conseguir, mantener y aumentar su participación en el mercado, asumiendo los costes que esto pueda implicar.
El modelo de las cinco fuerzas de Porter se ha consolidado como una herramienta del marketing y estrategia empresarial, que ayuda a startups, emprendedores y empresas consolidadas a sentar las bases de un crecimiento exitoso, sustentable y con buenas proyecciones de futuro. ¡Empieza ahora a aplicarlas en tu empresa! ¿Todavía no tienes un negocio? Descubre en este artículo las mejores ideas de negocio con poca inversión.