El mundo avanza a un ritmo vertiginoso, del mismo modo en que lo hace nuestra perspectiva a la hora de entender la realidad que nos rodea. El concepto del trabajo un gran ejemplo de esta (r)evolución: mientras antaño se valoraba la estabilidad, hoy el dinamismo y la capacidad de adaptación están a la orden del día. Pero este enfoque no sólo ha tenido cabida en un marco teórico, sino que en la práctica se ha visto reflejado incluso en el uso del espacio. Y es aquí donde entramos a hablar del coworking: un espacio flexible que permite tanto a empresas como a trabajadores desenvolverse en un ambiente proactivo, creativo, receptivo y social disminuyendo los costos de alquileres y servicio. Si quieres conocer las ventajas que puede reportarte y cómo encontrar un coworking que se adapte a tus gustos y necesidades, continúa leyendo.
Coworking: la revolución del concepto de oficina
¿Cuál es la filosofía detrás de un coworking?
Si bien es cierto que el coworking nació con el principal objetivo de reducir los gastos de las empresas, su entorno ha supuesto el terreno ideal para el florecimiento de una filosofía basada en el dinamismo y el flujo constante de ideas. Un enriquecimiento a la par personal y profesional que únicamente puede darse con el trabajo conjunto de proyectos de distinta índole que comparten su pasión y motivación por su trabajo.
El probado éxito del fenómeno coworking ha conllevado la rápida proliferación de ofertas, convirtiendo la elección en toda una aventura. Pero, por otro lado, también ha diversificado sus opciones tanto de precios como de servicios, permitiendo que todos podamos encontrar un coworking que se ajuste a nuestros gustos y necesidades. Sólo por mencionar algunos ejemplos, existen coworkings destinados a áreas de trabajo específicas o enfocados únicamente al trabajo freelance, luciendo un estilo desde lo más bohemio gasta lo más moderno o incluso rústico.
¿Qué tener en cuenta a la hora de buscar un coworking?
1. La ubicación
Una de las máximas del coworking es ofrecer la máxima comodidad, por lo que, para ser coherentes, la ubicación es uno de los aspectos a tener en cuenta a la hora de encontrar un espacio acertado. Valora si prefieres que tu coworking se encuentre cerca de tu vivienda, que esté bien conectado o que se encuentre en una zona que sea de tu agrado. Una vez definidos estos criterios, podrás comenzar tu búsqueda.
2. El espacio y ambiente laboral
¿Quieres un espacio de trabajo dedicado exclusivamente a tu campo de mercado? ¿O, por el contrario, crees que estar rodeado de proyectos de distinta índole puede resultar más motivador? Reflexiona acerca de los pros y los contras de estas alternativas y sigue filtrando tus opciones, puesto que ello determinará que tu equipo se siente más o menos cómodo en su ambiente laboral. Si el coworking en cuestión no especifica que esté dirigido a un sector determinado, entonces podrás dar por entendido que abarca a profesionales de distintas ramas.
3. Los costos
Otro punto a tener en cuenta (y mucho) es el coste del coworking, especialmente si eres freelancer. Asegúrate bien de qué estás contratando exactamente: un escritorio compartido o uno individual, una oficina abierta o una privada… En función de estas preferencias, es posible que tengas que afrontar algún coste adicional por distintos servicios, como lo pueden ser el alquiler de taquillas, el acceso gratuito a la cafetería o la cocina, el uso de cierta tecnología o salas de reuniones, etcétera. Y es que, mientras que en algunos coworkings no tienen ningún tipo de coste, en otros es posible que sean considerados «extras» y que, por tanto, sean de pago.
En definitiva, es fácil intuir que el coworking ha revolucionado por completo las ideas preconcebidas que veníamos manteniendo acerca de la oficina y la metodología de trabajo, dejando atrás las limitaciones y la monotonía en la vida laboral de los empleados. Esperamos que te haya parecido interesante esta primera toma de contacto con esta tipología de espacio de trabajo. Cuéntanoslo por medio de un comentario y, si tienes alguna duda, nos encantará poder resolvértela. 🙂