En un mundo laboral tan frenético como el actual, la productividad se ha convertido en uno de los factores críticos de éxito que pueden determinar el éxito o el fracaso de nuestro proyecto. Por este motivo, la cuestión sobre cómo mejorar la productividad constituye un verdadero desafío tanto para trabajadores como para empresas, que suelen seguir estrategias de mejora erróneas basadas en un añadido abrumador de tareas y carentes de resultados significativos.
Si te encuentras perdido a la hora de afrontar cómo mejorar la productividad, te recomendamos que primeramente analices cómo empleas tu tiempo a día de hoy y que te centres en eliminar los malos hábitos que te proponemos a continuación. Con su correcta aplicación, no sólo notarás una enorme diferencia casi de forma inmediata sino que además comenzarás a disponer de tiempo y espacio para tus actividades personales.
Cómo mejorar la productividad: 5 hábitos que debes erradicar
1. Ansiar constantemente la perfección
Si eres alguien sumamente perfeccionista, probablemente estés dispuesto a dedicar horas e incluso días a alcanzar tu ideal de perfección en cada tarea que realices. No obstante, dicha obsesión provoca un efecto rebote que se cumple sin excepción: cada vez que consigues que algo sea tan perfecto como ansías, aparecen muchas otras cosas que también necesitan serlo.
Debes tener en cuenta que nadie notará tus imperfecciones de una forma tan significativa como tú; ser consciente de ello te ayudará a ser más práctico y a ahorrarte esfuerzos inútiles. Incluso en el caso de que existe alguien que se dé cuenta de ciertos detalles, tus pérdidas no serán tan severas como esperabas en un inicio.
2. Programar cada segundo de tu día
Aunque a priori pueda resultar contradictorio, debes evitar la programación excesiva de tu día. Por norma general, el proceso de planificación del calendario de tareas reporta un sentimiento de logro tan elevado como injustificado y fugaz que acaba inevitablemente generando frustración. No sólo terminarás odiando tus días de trabajo, sino que cuando aparezca una emergencia o simplemente no tengas la energía suficiente como para terminar el trabajo pendiente, se desmontarán por completo tus objetivos.
La solución la encontrarás en el establecimiento de un método más simple, como por ejemplo elegir seis tareas importantes que debas realizar antes de terminar al día. Al levantarte, te recomendamos que crees una simple lista de aquello que quieras conseguir, evitando ser demasiado rígido con la programación. Escucha lo que te dicte tu cuerpo y mantén la vista fijada en aquellas tareas indispensables.
3. No recompensarte por tus logros
Las recompensas te ayudan a ganar motivación para mantener el nivel de intensidad de trabajo, por lo que si tu objetivo es conseguir hacer más cosas en menos tiempo, debes prestar la suficiente atención a tu satisfacción. De lo contrario, te cansarás mucho más rápido de tu trabajo y no lograrás cumplir con las tareas asignadas, o al menos no sacándoles el máximo provecho.
Así pues, si has completado dos horas de trabajo de alta intensidad, deberás compensarte con algo simple, como una onza de chocolate. Un periodo de tiempo más amplio, te permitiría, por ejemplo, poder ver una película. De esta manera, no sólo ganarás en productividad sino que también incrementarás tu calidad de vida y tu equilibrio emocional.
4. Alcanzar el éxito en múltiples ámbitos al mismo tiempo
A la hora de hacer frente a la cuestión sobre cómo mejorar la productividad, es precisamente en este punto que la mayoría pierde la capacidad de concentración. Todos nosotros ansiamos alcanzar el éxito en distintos ámbitos de nuestra vida, a poder ser a la vez: emprender negocios, viajar por todo el mundo, esculpir nuestro cuerpo y un largo etcétera.
Este planteamiento, sin embargo, es verdaderamente nocivo: si sigues demasiadas oportunidades al mismo tiempo, probablemente termines quedándote corto en todas estas facetas. E incluso si logras el éxito en todas ellas, tantos pequeños triunfos te reportarán una satisfacción menor al de uno solo.
Para evitar este efecto, deberás identificar un aspecto concreto que te empuje a conseguir otros objetivos concentrando en él toda tu energía. Una vez conseguido, reduce el tiempo que le dedicas y redirecciona tu inversión de tiempo hacia otras aventuras. De esta manera, estarás aprovechando tu éxito inicial como propulsión hacia otras metas.
5. Saltarte descansos para ser más productivo
A veces resulta tentador seguir la filosofía según la cual si trabajas más, serás más productivo; una aseveración 100% errónea. Si pasas diez horas trabajando a una intensidad de dos horas, conseguirás el mismo resultado que trabajando dos horas a una intensidad de diez, logrando lo mismo en un cuarto del tiempo total. La clave reside, por tanto, en conseguir incrementar cada vez más tu nivel de intensidad.
Para hacerte con este hábito, te resultará efectivo seguir la técnica Pomodoro. Esta consiste en trabajar ininterrumpidamente en una misma tarea a lo largo de 25 minutos para después tomarte un descanso de 5. Una vez repetido este ciclo cuatro veces, podrás permitirte tomarte un descanso más largo.
Esperamos que estos consejos te hayan resultado interesantes y que, sobre todo, te hayan ayudado a descubrir cómo mejorar la productividad. ¿Qué estrategias sigues para ser más productivo? ¿Has descubierto a través de este artículo que hasta ahora estabas haciendo algo mal? Déjanos un comentario con tus experiencias para que podamos aprender de ellas. Estaremos encantados de leerte.
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