A los mercados no les ha gustado la escalada de regulaciones comerciales internacionales
En las últimas semanas se ha producido una escalada de propuestas regulatorias (aranceles) a productos extranjeros entre algunas de las principales economías mundiales (Europa, Estados Unidos y China) en lo que se ha llamado una nueva guerra comercial, derivada de un mayor proteccionismo desde la Administración Trump.
A los mercados no les ha gustado nada y así lo han recogido sus principales indicadores a medida que aumentaba la tensión. Los inversores que tienen CFDs o contratos por diferencia han podido nadar y guardar la ropa sin demasiados daños colaterales, pero los de otros tipos de instrumentos financieros han sufrido más.
Los analistas recuerdan que entre toda esta nueva incertidumbre en el comercio internacional los inversores deben valorar la posibilidad de que se produzca un mayor proteccionismo, la importancia de las medidas que tomen en cada economía y las empresas y sectores implicados (por ejemplo, siderúrgicas) para buscar los mejores CFDs.
No obstante, los economistas siguen partiendo de la base de que para 2018 se prevé un crecimiento económico global y una recuperación en el ciclo del capex o gasto en capital que de soporte al comercio internacional, y que compense la incertidumbre política generada desde la Administración de Donald Trump.
Los expertos valoran tres posibilidades a esta nueva incertidumbre: la primera de ellas sería que se alcanzase un acuerdo bilateral entre China y EE.UU. que redujese el déficit comercial estadounidense con Beijing en 100.000 millones de dólares, lo que sería positivo para los CFDs globales.
Una segunda opción a tener en cuenta es la utilización en EE.UU. de la llamada Sección 301 del Tratado de Libre Comercio de 1974 que implica medidas para responder a ‘prácticas comerciales ilegales’ que apuntarían a infracciones en la propiedad intelectual por parte de las empresas chinas, y que tendría un impacto muy negativo en los CFDs chinos y en todos los asiáticos en general.
Y una tercera opción, nada deseable, sería que se extendiera el uso de la Sección 301 del Tratado una vez que Estados Unidos se decidiera a aplicarla. Esta situación crearía una guerra comercial abierta, con aranceles para todos, pero sobre todo para los productos de origen chino y abriría la guerra comercial a otras regiones. Como ya hemos visto, esta situación afectaría negativamente a todos los mercados y, en consecuencia, a todos los CFDs.
En estos momentos, los economistas globales no consideran que las nuevas políticas comerciales supongan la base del escenario económico internacional a corto plazo, pero sí creen que el riesgo a una escalada de las tensiones globales se mantendrá. Por ello, los expertos recomiendan evitar en Europa los CFDs de empresas o mercados que tengan una gran exposición a las exportaciones y las divisas como podrían ser las automovilísticas, químicas e industriales.
Y en el caso de inversiones en Asia o los países emergentes, el Norte de Asia y México serían los mercados más afectados dada su exposición a Estados Unidos, mientras que los de la región ASEAN, Turquía, Rusia, Suráfrica y Brasil serían los menos afectados.