Para las mujeres llegar al entorno corporativo ya era un reto que parecía imposible, pero aun así lo han conseguido. Sin embargo, todavía existe una brecha en lo que respecta a igualar la participación femenina y masculina en el ecosistema emprendedor y, en concreto, en la economía digital. Pero, para alcanzar ese objetivo, quedan barreras que son producto de factores culturales, socioeconómicos, educativos, legales, etc., que aún se deben sobrepasar.
En el caso de las startups –empresas emergentes con un gran potencial para transformar la realidad a través de la tecnología- la brecha de género es latente: en España, por ejemplo, las mujeres representan menos del 20 por ciento (18%) de los emprendedores de este tipo de organizaciones, lo que se traduce en que menos de uno de cada cinco de los emprendedores de startups es una mujer.
Así lo concluyó el informe Mapa de Emprendimiento 2020 publicado por Spain Startup-South Summit. Sin embargo, no todo es negativo, cuatro de cada 10 empresas emergentes analizadas en 2020 cuenta con equipos formados por hombres y mujeres. Esto representa un incremento del 6% respecto al 2019.
América Latina se enfrenta a un panorama un poco más optimista. De acuerdo con el informe Ecosistema de Startups Latinoamericanas en etapa semilla, elaborado por la plataforma Platzi, el 30% de estos negocios emergentes en la región cuentan con la participación de una mujer.
Esto, según el mismo estudio, supone un aumento del 50% en comparación con 2020.
Los retos de las mujeres emprendedoras
La brecha entre hombres y mujeres en el ecosistema emprendedor, y en particular en la economía digital, obedece, según expertos, a varios elementos. Entre ellos, se encuentra la relación que tiene el emprendimiento con las denominadas disciplinas STEM, por sus siglas en inglés, que hace referencia a las áreas de ciencias, tecnologías ingeniería y matemática, y el reducido acceso de las mujeres a ellas. A ello se le suma el difícil acceso a la financiación y la búsqueda del equilibrio entre la vida laboral y personal.
Mujeres STEMpreneurs
El término STEMpreneurs hace referencia a los emprendedores de las áreas STEM y en este caso concreto a las mujeres que así lo hacen. Esta es una realidad en la que aún hace falta trabajar, de acuerdo con el Global Startup Ecosystem Report 2020 Startup Genome, la falta de presencia femenina en ambientes tecnológicos es un problema de escala global.
Al respecto, reveló que «apenas un 14,1% de los emprendimientos de base tecnológica a nivel mundial fueron creados por mujeres».
En ese sentido, la Unesco en su informe sobre la Ciencia que se publicará próximamente, recoge que «las mujeres representan tan solo el 28% de los licenciados en ingeniería y el 40% de los licenciados en informática y computación». Asimismo, añade que en Latinoamérica la cifra corresponde a menos de la mitad de los graduados en ingeniería, un 41,7%.
«Todavía hoy, en el siglo XXI, las mujeres y las niñas son marginadas en la esfera científica debido a su sexo » mencionó la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, quien además añadió que «Las mujeres deben saber que tienen un lugar en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, y que tienen derecho a participar en el progreso científico».
Laboratoria: vencer la brecha través de carreras tecnológicas
La cofundadora y COO de Laboratoria, Gabriela Rocha, manifestó en entrevista con Negocios y Empresa que una organización como esta «nace con la misión de transformar la vida de miles de mujeres latinoamericanas a través de una carrera en tecnología». Lo anterior, debido a que «la industria tecnológica tiene una brecha de talento femenino grande».
«Por lo general, debido a arraigados estereotipos de género y barreras socioeconómicas, las mujeres ya están menos representadas en la fuerza laboral, y 80% de ellas están empleadas en sectores de baja productividad (PNUD, 2019). Esto no solo es una enorme oportunidad perdida para nuestras economías, sino además una de las condiciones que sigue perpetuando las desigualdades de género», explicó Rocha quien agregó que la brecha de género es mucho mayor en las áreas relacionadas con la economía del conocimiento y los sectores mejor remunerados, como el tecnológico.
En ese sentido, explicó que en América Latina «menos del 20% de las vacantes tecnológicas están ocupadas por mujeres». Lo anterior, afirmó, se debe a factores como «ideas arraigadas sobre el rol de la mujer en la sociedad, sesgos inconscientes sobre el talento femenino, y estereotipos sembrados con el «boom» de las computadoras personales que terminaron alejando a las mujeres de la tecnología».
Así, el bajo acceso de las mujeres a la educación en áreas STEM conlleva otro desafío: la falta de financiación.
Búsqueda de capital
Según el estudio Brechas para el Emprendimiento en la Alianza Pacífico, elaborado por la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica (Asela) en 2018, las profesiones con mayor presencia femenina son la salud (50%), hotelería (52%), entretenimiento (55%) y servicios domésticos (69%).
En contraste, la mayor parte del capital de riesgo se destina a sectores -como el tecnológico- en los que las mujeres tienen una menor representación, lo que las deja en una clara desventaja.
Ello, trae como consecuencia que, tal y como lo reflejó en 2018 The State of European Tech, un estudio elaborado por el fondo de capital riesgo Atomico, el 93% de la financiación recibida por startups europeas en ese año, fue a parar a manos de proyectos creados y dirigidos por hombres. Mientras tanto, las mujeres y los equipos mixtos se peleaban el 7% restante.
Acceso a las fuentes de financiación
Un estudio del BID Lab sobre el Ascenso de las mujeres latinoamericanas y del Caribe en las áreas STEM explica que «los círculos familiares son las principales fuentes de apoyo para las mujeres STEMpreneurs cuando comienzan sus compañías».
En ese sentido, un 44% de su financiamiento proviene de sus ahorros o de familia y amigos. Por su parte, un 43% recibió capital formal proveniente de inversores ángeles, aceleradoras, incubadoras, gobiernos, fondos de capital semilla y de capital emprendedor.
El informe señala a la falta de financiamiento y acceso a capital como el principal desafío al que se enfrentan las compañías de las STEMpreneurs con un 59%, seguido de la falta de conocimiento gerencial o técnico, que supone un 39%, y por el balance vida-trabajo y el rol social de las mujeres que se impone con un 36%.
Así, el informe explica que captar capital supone sus propios retos y estos resumen en tres fases: búsqueda de capital, conocimiento financiero y negociación de términos. En el primero, el 51% de las STEMpreneurs de América Latina y el Caribe carecen de una red de contactos adecuada para acceder a inversores clave, mientras que un 31% asegura que existe una falta de capital disponible.
En el segundo ámbito, el 27% enfrenta una falta de conocimiento acerca de los instrumentos de inversión. Y, en cuanto a la última fase, el 16% señala una falta de acuerdo en las expectativas de valuación y un 15% menciona que hay condiciones desfavorables para el financiamiento.
Balance trabajo y vida personal
La falta de tiempo es otro de los factores que afectan el emprendimiento femenino. Lo anterior debido a que las mujeres aún tienen que dedicar buena parte de este a las labores domésticas y al cuidado de personas a su cargo, según el estudio Brechas para el Emprendimiento en la Alianza Pacífico de Asela, elaborado en 2018.
Asimismo, de acuerdo a un informe publicado en 2020 por el Banco de España, la maternidad supone una brecha salarial del 28% entre hombres y mujeres. La disminución de días trabajados o cambios en la jornada laboral son factores que generan que el sueldo de las madres disminuya en un 11% en el primer año de vida del bebé, comparado con padres que se encuentran en la misma posición, explica el medio Business Insider.
El mencionado estudio del BID Lab expone que esta es una de las principales barreras que tienen las STEMpreneurs para acceder al financiamiento según inversores. Sobre ello, recoge opiniones de personas dedicadas a este ámbito que apuntan que las mujeres «ven el proceso emprendedor como un sacrificio» en el que se dejan de lado otros aspectos de la vida.
De igual forma, respecto a la maternidad inversores exponen que «no hemos creado suficientes casos en los que una mujer emprendedora tuvo un hijo y pudo continuar con su proyecto».
¿Existe una brecha de género en el ecosistema emprendedor?
La cuestión de la brecha de género está sobre la mesa y existen diversas posiciones. Al respecto, el coach de emprendimiento español Nacho Marlogo manifestó a Negocios y Empresa que «no hay debate», «hay mujeres y hombres exitosos, y hombres y mujeres que han fracasado. Solo hay que fijarse en el camino y proceso que han pasado aquellas mujeres y hombres que sí han triunfado y aprender de ellos».
Para él, «dependiendo del nicho de mercado al que te estás dirigiendo, puede ser una ventaja ser un hombre o una mujer como también puede ser una ventaja ser guapo/a o, tener formación universitaria o no, o ser de un país o de otro. Todo es cuestión de una buena estrategia comercial y tener muy definido cuál es nuestro tipo de cliente potencial».
Por su parte, la entrenadora en habilidades de Comunicación colombiana, Vanessa Gómez, aseguró a esta web de negocios y emprendimiento que «para encontrar ese equilibrio en el ecosistema emprendedor entre hombres y mujeres es necesario romper algunas brechas, como el acceso a la educación. A las mujeres nos hace falta profesionalizarnos, en la mayoría de los casos las mujeres emprendedoras poseen solo estudios escolares. Esto derivado de las desigualdades sociales, el machismo, la falta de oportunidades, entre otras razones».
Entre los principales retos a los que se enfrentan las mujeres, Gómez enumera «la desigualdad en el acceso a experiencias laborales, brechas sociales como que el cuidado de los hijos está a cargo de las mujeres o que el dinero debe llevarlo a casa el hombre».
Así, expone que este tipo de conductas «impiden que la mujer desarrolle su máximo potencial y emprenda con facilidad». Sin embargo, ella considera que «somos capaces de derrumbar cualquier obstáculo para conseguir justo lo que nos proponemos».
Para Sebastián Castrillón, cofundador y director de crecimiento de Estratek, una comunidad colombiana de emprendimiento corporativo tercerizado o startup as a service, la brecha de género es un proceso de transición que el mundo está viviendo. Así lo manifestó en Entrevista con Negocios y Empresa, en la que además añadió que su reducción es un camino que estamos recorriendo dado que el emprendimiento en mujeres es bastante alto. «Hacia allá vamos», zanjó.
Medidas a tener en cuenta para equilibrar la balanza
El BID Lab, a través del mencionado informe sobre el ascenso de las mujeres STEMpreneurs, extiende recomendaciones para las diferentes partes que intervienen en este proceso.
En ese sentido, hace un llamado a que los fondos de capital emprendedor y las aceleradoras involucren a más mujeres en su proceso de selección (comités, composición de paneles, etc.)
Además, invitan a estos fondos a que, además de apoyar a las mujeres fundadoras, deberían respaldar a compañías cuyas políticas de balance vida-trabajo sean mejores. Por ejemplo, las que entre su cultura organizacional tengan prácticas como el teletrabajo, oferta de licencia por maternidad o paternidad, cuidado de niños o salas de lactancia, y así sucesivamente.
Otras de las recomendaciones es el reconocimiento del trabajo de los mentores y los sponsors de estas mujeres; brindar apoyo a las STEMpreneurs para ampliar su red de contactos o que, en lugar de tener cuotas de selección basadas en género, se creen pre-filtros para candidatas mujeres.
Por su parte, el BID Lab invita a los gobiernos a proporcionar fondos a asociaciones locales de capital privado, mejorar el financiamiento gubernamental a las STEMpreneurs a través de programas o iniciativas específicas. Y además, fortalecer sus talentos con educación y capacitación.
Palabras finales
El emprendimiento ayuda a reducir la pobreza, aumenta los impuestos para los países, genera empleo y mejora la calidad de vida. Precisamente allí reside la importancia de que las mujeres no se queden rezagadas y formen parte tanto del ecosistema como de la economía digital, en la realidad híbrida a la que nos enfrentamos y que ha sido acelerada por la Covid-19, como creadoras y facilitadoras de las innovaciones que resuelvan las necesidades sociales.
Ya en 2015, un estudio de la firma McKinsey hacía referencia a que un mundo en el que la participación de las mujeres en la economía fuera equiparable a la de los hombres, supondría un crecimiento anual del PBI de 2 600 billones de USD para América latina en 2025. La paridad fortalece la economía y, de esta forma, se está pavimentando el camino hacia una más diversa e incluyente.