¿Sientes que no estás conectando con tu equipo o con tus clientes de la manera en que te gustaría o las inseguridades te bloquean al momento de interactuar? Probablemente necesites trabajar en la forma en la que comunicas. Para ayudarte en ese camino, desde Negocios y Empresa, conversamos con Vanessa Gómez, entrenadora en habilidades de comunicación, magíster en comunicación y campeona de oratoria.
Para Vanessa Gómez «la comunicación ocupa un lugar preponderante en las relaciones sociales», al igual que afianza el «liderazgo y eficiencia» en lo laboral. Por esta razón ella se dedica a ayudar a las personas, a través de cursos y talleres, a llevar su comunicación «a otro nivel». Continúa leyendo para conocer los consejos que, nacidos de la experiencia de esta oradora, serán clave para destacar en tu área de negocios.
1. Vanessa, en primer lugar, queremos saber más sobre ti: ¿cómo comenzaste en el mundo de la oratoria? ¿Y por qué decidiste dedicarte a ayudar a las personas a entrenar sus habilidades de comunicación?
Esta historia empieza con algo muy cómico porque mi madre dice que cuando nací no lloré, sino que hablé. Efectivamente pasó muy poco tiempo para que diera mi primer discurso, tenía escasos 6 años cuando frente a todo mi colegio di las palabras de despedida del grado de preescolar. A partir de ese momento, entendí que era mi pasión y a los 13 años empecé a participar en concursos de oratoria. Logré ganar todas las etapas, concursando a nivel local, regional y nacional y, en 2010, gané el campeonato internacional de Oratoria representando a Colombia. Al tiempo trabajaba desde los 13 años en un canal de televisión local, donde estuve por más de 15 años y estudié Comunicación Social y Periodismo. En este canal empecé presentando un programa infantil y terminé siendo la conductora de las dos emisiones del noticiero.
Mi etapa por el periodismo me permitió ganar experiencia en medios locales, regionales y nacionales de Colombia, pero en mi corazón hacía falta algo, ese algo era la oratoria, que si bien tiene relación, no la ejercía totalmente. Fue en ese momento cuando decido empezar a hacer cursos para ayudar a otras personas a potenciar sus habilidades comunicativas, ganar seguridad y proyectarse como quieran. Más de 600 personas han pasado por mis entrenamientos presenciales y virtuales, que en pandemia se extendió hasta países de otro continente.
Hoy soy entrenadora en habilidades de comunicación a tiempo completo y mi único interés es compartir todo aquello que desde la práctica me ha permitido ser la oradora que un día soñé.
2. ¿Por qué es importante para un emprendedor desarrollar sus habilidades comunicativas? ¿Cuáles son sus ventajas?
Un emprendedor puede conocer su producto o servicio, pero si no lo sabe comunicar no le servirá de nada.
La pandemia demostró que no es suficiente tener una vitrina elegante o esperar clientes con el voz a voz. Es necesario salir a buscarlos y para creer hay que atreverse a salir de algo llamado «la zona de confort». En ella, algunos emprendedores caemos al creer que solo con lo que sabemos es necesario, dejando de lado el desarrollo de habilidades sociales que nos permiten obtener más y mejores resultados; haciendo videos, colaboraciones, liderando seminarios o ponencias, humanizando nuestros emprendimientos podemos conectar con algo que en oratoria es esencial, las emociones.
3. A raíz de la pandemia y de la transformación digital, muchos de los eventos se realizan en línea a través de videoconferencias o webinars ¿Es igual la preparación para un evento presencial que para uno virtual?
Se requiere la misma preparación, energía y concentración, pero los retos son distintos. La virtualidad supone un desafío al no poder conectar directamente con la mirada a los ojos, al no ver los gestos de tus interlocutores que en su mayoría no encienden la cámara. Pero creo que estos retos nos han hecho sacudirnos y entender la importancia de desarrollar el carisma y la comunicación desde la empatía.
4. ¿Cuáles son tus consejos para prepararte antes de hablar en público?
Tres consejos básicos pero fundamentales:
- Escribe un guion: Lo que no está escrito se olvida fácilmente, escribir jamás está de más, y al hacerlo le enviamos al cerebro el esquema mental de nuestro discurso o ponencia, recordaremos los puntos iniciales y las ideas centrales.
- No aprendas de memoria tu discurso: Crea tres momentos centrales para que los recuerdes y con base en ello puedas desarrollar las ideas.
- Ensaya frente al espejo o graba un video: Escucha tu voz, reconoce tus gestos, encuentra tus muletillas, evalúate de una manera amable para encontrar tu mejor versión al hablar.
5. En muchas ocasiones, los emprendedores se enfrentan a hablar en público, ya sea para persuadir a inversionistas o para motivar a su equipo de trabajo, ¿Qué deberían tener en cuenta para escribir un buen discurso que conecte con quienes lo escuchan?
Para vender ideas es necesario conocer no solo el precio de la idea o proyecto, sino su valor.
El precio es lo que vale y el valor es lo que recibe quien lo adquiere.
El valor puede enlazarse con las emociones, sentimientos y elementos de uso común. Mi recomendación es enfocarse en las bondades del emprendimiento para el aporte a los demás.
6. Por otra parte, hay momentos en los que no hay tiempo para mucha preparación y toca improvisar: ¿cómo vencer los nervios, pero sobre todo, cómo articular frases elocuentes, que tengan sentido?
La mejor improvisación es la que mejor se prepara.
Es mentira que hay personas que de la nada sacan ideas de su cabeza y logran hilar argumentos coherentes, la clave está en conocer bien tu tema, en leer lo más que podamos sobre lo que nos compete y así estar listos para una pregunta inesperada. Ese es el papel de la improvisación, permitirnos tener recursos guardados para exponerlos en un momento que no se tenía previsto.
Y si definitivamente no sé nada sobre el tema del que me preguntan, se vale decir «quiero leer más sobre el tema para darte una opinión certera»
7. ¿Qué factores de comunicación no verbal se deben cuidar para que el mensaje llegue a las demás personas de la manera deseada? ¿Cuáles crees que son los errores más comunes?
El lenguaje corporal comunica hasta el 80% del mensaje, es el que le da forma a nuestras palabras y por supuesto juega un papel prioritario en nuestra comunicación. Entre los errores más comunes está sobreactuar, intentar ser quien no somos. Esto hace que las personas hagan gestos o ademanes nuevos, que se vean inseguros e incómodos.
La clave está en soltar el cuerpo, pero a la vez ser conscientes de cómo estoy sentado y usar las manos para darte fuerza al mensaje que quiero transmitir. Y liminar nuestras manos de una disertación también es un error muy común.
8. ¿Qué papel tiene la imagen personal? ¿Cómo trabajar en ella?
La imagen personal hace parte de ese gran porcentaje que transmite la comunicación no verbal, juega un papel fundamental: es la primera impresión, el inicio, el primer impacto y dejará una huella para bien o para mal.
Para trabajar en ella hay que empezar por tener un objetivo en mente desde el momento en que nos vestimos, damos la mano, hasta la despedida.
9. Y tú, ¿cómo ayudas a las personas? ¿En qué consisten los cursos de oratoria que ofreces y qué aspectos abordas?
Realizo entrenamientos en habilidades de comunicación, ayudo a otros a encontrar su voz, a darle orden a sus ideas, a ser consciente de su cuerpo y a proyectar seguridad.
Tengo talleres desde dos horas hasta cursos intensivos que tienen varios meses de duración. Siempre baso mi formación grupal o personalizada en los resultados que quieran obtener los participantes.
Actualmente tengo entrenamientos virtuales para niños y adultos con los que pueden potenciar su comunicación y llevarla a otro nivel.
Palabras finales
Todo comunica. La comunicación está presente en todos los aspectos de la vida y puede marcar la diferencia entre destacar o deslucir en nuestras actividades diarias. Con sus palabras y consejos, Vanessa Gómez nos invita a «salir de la zona de confort» y a empezar a hacernos conscientes de qué y cómo estamos comunicando.
Si algo nos queda claro, es que la preparación es clave en este proceso. Comunicar y proyectarnos de la forma deseada conlleva un trabajo consciente y constante. Cada detalle cuenta, por eso cuando se trata de enviar el mensaje adecuado no se puede dejar nada al azar.
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