Aunque en las organizaciones siempre se busca hacer las cosas lo mejor posible, la equivocación está a la vuelta de la esquina. En las compañías errar es algo que puede suceder, es un precio que tienes que pagar si decides lanzarte al mundo de los negocios. Pero es cierto que esto puede traer problemas serios. ¿Quieres conocer algunos errores empresariales que cambiaron la trayectoria de gigantes de los negocios?
Esto es precisamente lo que traemos hoy. La idea es eliminar esa idea equivocada de que solo los negocios incipientes toman malas decisiones. Solo basta con prestar atención a estos 10 ejemplos de grandes empresas cuyas cosas se torcieron. ¿Qué salió mal? Veamos…
10 errores empresariales frecuentes que puedes evitar
1. No prestar atención a las tendencias del mercado
La simple dinámica del mercado produce un terreno fértil para el surgimiento de tendencias. Entonces, ¿cómo no prestarle atención? Después de todo, el comportamiento del mercado es el termostato que avisa la presencia de oportunidades. Y no solo eso, también sirve de brújula para orientar la toma de decisiones en la dirección correcta.
En el mundo de los negocios, incluso si eres líder en tu industria, desatender las tendencias de tu mercado puede hacerte cometer uno de los peores errores empresariales. Por ejemplo, la innovación tecnológica es un factor que determina el ambiente del entorno corporativo. Y este fue el mal que sufrió Kodak.
A pesar de que fue esta marca quien patentó la primera cámara digital, la empresa cabecilla del mercado de las cámaras fotográficas decidió centrarse en las cámaras analógicas y no prestó atención a la enorme receptividad del público por la tecnología digital. ¿Miedo a lo desconocido? ¿A poner en riesgo su nicho de mercado? Lo cierto es que para el 2012 el coloso del mercado fotográfico del siglo XX se declaraba en bancarrota.
2. Miedo al cambio
Cualquier transformación en el ámbito organizacional, por mínima que parezca, genera incertidumbre. ¡Lógico! Si no fuera así, la toma de decisiones y el liderazgo empresarial no serían temas complejos. Lo cierto es que, si una empresa pretende ser exitosa en un contexto tan inestable y voluble como el de hoy, no puede temerle al cambio. Sacar provecho de lo que pueda acontecer es una habilidad que solo la tienen los negocios triunfantes.
Este no es el caso de Excite.com, quien para 1999 lideraba junto a Yahoo y Alta Vista el mercado de los motores de búsqueda. Fue entonces cuando Larry Page le ofrece Google -niño pequeño al lado de estos tres gigantes- por tan solo 750 000 dólares, algo así como el 1% de Excite. Pero la condición que hizo a George Bell, entonces CEO de Excite, declinar la oferta fue la siguiente: Excite debería sustituir todo su algoritmo de motor de búsqueda por el de Google.
¿Fue esta una decisión correcta? Te contamos lo siguiente para que tú mismo respondas la pregunta. En 2004 Excite fue comprado por Ask.com quienes apenas alcanzan el 2 % de cuota de mercado. La otra cara de la moneda es Google, quien recientemente se convirtió en la tercera compañía tecnológica en valer un trillón de dólares, seguida de Apple Inc. y Microsoft Corp.
3. Subestimar a la competencia
Otro de los errores empresariales más frecuentes es este: subestimar a la competencia, pensar que las otras marcas son estáticas o incapaces. Ojo: la competencia forma parte del entorno externo de la empresa y, por tanto, debe ser considerada en todo proceso de análisis y/o que involucre la toma de decisiones. Conocer cómo trabajan nuestros rivales nos hará anticiparnos a los efectos de sus actividades para así disminuir o anular un impacto no deseado.
¿Sabes qué marca no siguió esta filosofía? En 1912 la industria automotriz estaba en auge y la multinacional Ford comprendía el más amplio volumen de automóviles producidos en Estados Unidos. El diseño único conocido como «modelo T» fue el preferido de la población desde el principio de su comercialización.
El magnate Henry Ford, dueño y fundador de la compañía, estaba tan consiente de haber creado un vehículo excepcional que no se preocupó por invertir en mejoras para este. Ford consideraba que jamás se fabricaría un auto que pudiera superar un modelo tan preciado como lo era el «modelo T». Sin embargo, en 1925 Chevrolet creó un automóvil más moderno y accesible. Así pues, se robaba la completa atención del público y desplazaba a Ford en el mercado.
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4. Un drástico cambio de imagen
El rebranding es algo complejo y con consecuencias, las cuales pueden ser muy buenas, o pueden ser nefastas. Si algo sale mal, recuperar lo perdido es incluso más difícil. En este proceso hay una opinión que es imposible obviar y es la de los consumidores. ¿Conseguirá el cambio despertar reacciones positivas en el público? Una decisión tan compleja como esta no debe tomarse a la ligera.
Este fue el caso de una de las marcas más reconocidas en el mundo: Coca Cola. El gigante de la gaseosa sufrió en 1970 un duro golpe debido a una campaña publicitaria que desarrolló su principal rival Pepsi. El desacierto consistió en un reto que la compañía propuso a los usuarios: probar de manera fortuita dos bebidas de cola y decir cuál preferían. Pepsi resultó ser la favorita.
¿Qué hizo Coca Cola al respecto? Su respuesta fue realizar un cambio radical variando el sabor de la gaseosa que siempre la distinguió para luego comprobar que el público rechazó de manera rotunda la variante. Sin dudas, uno de los más graves errores empresariales. A diferencia de los otros ejemplos esta historia tiene un final feliz ya que la marca supo remediar el daño. Sin embargo, no deja de ser un cuantioso error empresarial.
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5. Malas decisiones
La toma de decisiones es un proceso determinante para las empresas que requiere no solo de inteligencia y objetividad, sino también de una dosis de creatividad. Si bien una decisión acertada produce una mejora, una errada genera pérdidas. El cúmulo de decisiones tomadas por los gestores de una marca determina el futuro de la empresa. Según la calidad de la elección la empresa puede evolucionar, estancarse o decaer.
Uno de los grandes errores empresariales más conocido fue el caso de Blockbuster: el difunto gigante del alquiler de películas a domicilio. En el año 2000, Netflix le propuso agregar un componente online a su operación de alquiler de cintas y DVDs. A cambio la compañía de videoclubes dedicaría un espacio en sus tiendas a Netflix (quien ofrecía DVDs de alquiler por correo). Blockbuster declinó la proposición y se dice que, literalmente, sus ejecutivos se rieron de los miembros de Netflix.
Pero «quien ríe ultimo ríe mejor». ¡Nunca mejor dicho! Blockbuster no fue capaz de vencer las guerras de precios en formato DVD, la fuerte intromisión de la piratería, la inmensa aceptación en el mercado de la industria de la tele por suscripción y el formato web ofrecido por Netflix. Así pues, mientras Netflix en el 2004 ya había superado el millón de suscriptores solo en Estados Unidos, Blockbuster fue en picada y para el 2010 se declaraba en quiebra.
6. Ser orgulloso
Así como tan bueno es el orgullo positivo (autoconfianza), lo es el negativo (soberbia). Este último suele ser un excelente generador de decisiones empresariales que concluyen en magnos errores. El orgullo del que hablamos no quiere decir otra cosa que un exceso de estima hacia uno mismo y hacia los propios méritos que no dejan ver la incapacidad para determinado fin.
¿Quién nos pudiera hablar sobre esto? Incluso hasta el 2007, Nokia se posicionaba como una de las marcas de mayor renombre, dominando más de la mitad de la participación en el mercado de los teléfonos móviles. Hoy día Nokia no es apenas ni la sombra de lo que era en aquel entonces. ¿Qué sucedió?
Nokia rechazó el sistema operativo de Android y, cuando Apple lanzó IOs, sus ejecutivos apostaron por dos estrategias. La primera consistía en modernizar su propio sistema Symbia y la segunda era crear un nuevo sistema operativo al que llamaron Micou. La división interna, lentitud y burocracia hicieron que ambas estrategias fueran un fiasco. Consejo: asegúrate de que el orgullo no te ciegue y apuestes de forma errónea por un desarrollo interno incapaz.
7. Exceso de confianza
Como dicen por ahí, en la confianza está el peligro. Puede sonar gastado, pero no deja de ser cierto. El exceso de confianza y seguridad en las capacidades que posee la marca, pueden llevar a los gestores de negocio a cometer graves errores empresariales. Si esto no te convence, veamos como las buenas intenciones de Xerox hicieron revelar sus secretos y, con ellos, regalar la mayor invención tecnológica del siglo XX a la competencia.
La corporación americana líder mundial en la impresión digital, pudo haber sido una mega corporación sin precedentes. Pero ¿qué sucedió? En 1979 Xerox concedió a Apple una visita a sus instalaciones en Palo Alto, California, a cambio de un millón de dólares en acciones. Steve Jobs y su equipo quedaron fascinados con la nueva tecnología de Xerox, tanto la interfaz gráfica de usuario como el ratón, y decidieron redefinir por completo el proyecto de Lisa.
En palabras de Steve Jobs: Xerox podría haber «dominado» la industria de los ordenadores, pero su «visión» se limitaba a la construcción de otra copiadora. Claro está que Xerox no supo ver el potencial de lo que tenía entre manos. Moraleja: dos personas pueden ver la misma cosa, pero percibirla de manera diferente en función de su visión. Y de esto se trata el siguiente error.
8. Falta de visión
Muchos gestores no se preocupan por lo que pasará en el futuro y cómo afectará este al propio negocio. Esta visión cortoplacista hace que las organizaciones acaben padeciendo de una carencia de visión empresarial. La aguda miopía que esto provoca limita la capacidad de las marcas de ser creativas o receptivas a nuevas ideas. Tal es el caso de la Western Union, quien pudo hacerse con la patente del teléfono, pero no vio el negocio.
En 1876 la compañía estadounidense figuraba, gracias al telégrafo, como la mayor compañía de telecomunicaciones de la época. Fue en ese entonces que un joven emprendedor, Alexander Graham Bell, le propuso a cambio de 100 mil dólares un invento que prometía revolucionar el mundo: el teléfono. La empresa rechazó la oferta tildado al invento como un simple «juguete» incomparable con el telégrafo.
Ante la negativa Bell y sus socios se quedaron con la patente y fundaron su propia compañía, la Bell Telephone Company, semilla de lo que luego fue el gigante AT&T. El «juguete» en cuestión revolucionó el mundo de las comunicaciones y no tardó en generar millones. Por su parte Western Union siguió con el rubro de los telegramas hasta dejarlo en 2010. Hoy se limita al ámbito de los servicios financieros.
9. Abaratar costes sin medida
Es muy importante llevar un control de los costos en una empresa, pero sin caer en el ahorro extremo. La calidad es aquello que nos distingue, por lo que no podemos ponerla en peligro. La clave radica en saber dónde recortar y qué aspectos preservar para no perjudicar nuestro negocio. De lo contrario, las pérdidas serán mucho mayores que lo que logramos ganar al reducir ciertos gastos.
Al parecer la firma Schlitz no tenía esto muy claro. Durante los años 60, la marca era la segunda cerveza más vendida de los Estados Unidos. Sin embargo, en 1974 los directivos decidieron abaratar el proceso de producción de las mismas. Como resultado se alteraron las materias primas que se usaban y los procesos de fabricación, obteniéndose un producto con sabor y consistencia diferente.
El público no tardó en notarlo y esto trajo como consecuencia que las ventas descendieran de 24 millones de barriles en 1975 a 15 millones en 1980. Schlitz intentó remediar el daño, pero en ese entonces ya era demasiado tarde. La estrategia llevada a cabo para disminuir los costos dio al traste a uno de los errores empresariales más populares de la historia.
10. No saber gestionar la crisis
Ninguna gran empresa quiere ser protagonista de una crisis. No obstante, a veces por decisiones internas o factores ajenos a la administración ocurren momentos de inestabilidad. Es en este entonces cuando los líderes se crecen y toman de la mano su negocio hacia la salida del huracán.
Sin embargo, la estrategia llevada a cabo por la compañía de Mark Zuckerberg se ve un poco difusa. ¿Sabes de qué estamos hablando? ¡Sí! La red social con mayor cantidad de usuarios en el mundo desde hace unos años se encuentra inmersa en un escándalo por uso indebido de datos. Zuckerberg admite que Facebook «cometió errores» al permitir que Cambridge Analytica recopilase información personal de 50 millones de sus usuarios.
El hecho representa una grave violación de la confianza y privacidad de las personas. A lo largo de los años, las respuestas de Facebook a tales fallos han variado desde promesas vanas hasta el rechazo general de las infracciones. Lo cierto es que, a día de hoy, la popularidad de la marca ha caído en picada, igual que su cifra de usuarios y sus resultados de negocio.
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Palabras finales
Todo es fácil de analizar cuando se mira por el retrovisor de la historia, lo difícil es vivir el momento y tener la capacidad de tomar la decisión acertada. No todos los negocios logran hacerlo y por eso solo unos pocos logran llegar a la cima del mercado.
La lista de grandes patinazos es mucho más extensa. Esta vez solo te presentamos 10 errores empresariales, pero basta para que tú como emprendedor analices la forma en qué gestionas tu negocio. Pueden salir mil cosas mal, pero lo más seguro es que existan soluciones. ¡Te toca a ti buscarlas!
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